Para las pruebas
de “condiciones especiales” he utilizado 3 modelos de coches diferentes.
El Mitsubishi
Lancer Evolution V GSR ’98, el Suzuki ESCUDO Dirt Trial Car ’98 y el Audi
R8 Race Car ’01.
Empezaré
explicando que el Mitsubishi Lancer Evolution V GSR ’98 es un modelo que
había comprado de segunda mano para disputar carreras en otros campeonatos,
donde los coches admitidos eran sólo de 4WD. Pero también
lo compré pensando en futuras carreras en que me pudiera servir.
Una de ellas son estas de “condiciones especiales”, ya que, siendo casi
todas ellas de rally, no iría mal un coche básicamente de
rallies.
Al comienzo
fue difícil. Pasar de correr en circuitos a correr en estas pruebas,
me fue necesario un período de adaptación, incluso más
largo que para defenderme medianamente bien en el resto de carreras del
juego. Tenía claro que lo mío no son los rallies de este
juego. Por eso, decidí practicar con el Mitsubishi antes de comenzar
a sacar fotos a los coches conseguidos. Al principio no ganaba, pero cuando
le fui cogiendo el truco ya conseguía coches, en la modalidad fácil
y sólo en los rallies de asfalto. En ese momento, decidí
que con el Mitsubishi tenía que al menos ganar todas las carreras
en el modo fácil, antes de lanzarme a conseguir las demás
y a hacer fotos para mostraros los coches extra. No fue nada fácil,
pero al fin lo conseguí.
Tras este
primer objetivo, aún habiendo ganado ya todas las carreras en el
modo fácil, seguí practicando, ya que había probado
alguna carrera aislada en modo normal y en modo difícil, y no me
serviría de mucho haber ganado en el modo fácil por los pelos,
así que seguí practicando.
Una vez que
creí tener la habilidad suficiente, me planteé en cómo
iba a hacer para sacar las fotos a los coches que consiguiera. La respuesta
fue sencilla. Como en el modo fácil ya ganaba con bastante autoridad,
comencé a participar en “condiciones especiales” (después
de todas las prácticas claro), en el modo difícil, con el
mismo Mitsubishi Lancer Evolution V GSR ’98 con 487 CV. Empecé por
las últimas carreras, tras unos intentos las gané, en la
tercera de las carreras (siempre empezando por el final, es decir, la Carrera
de Tsukuba) me fue imposible conseguir algo en mojado
con el Mitsubishi, de hecho, lo enfrentaban a un prototipo de Le Mans.
Sólo me hizo falta un intento para darme cuenta de que era imposible,
ya sólo en la aceleración el rival me dejaba clavado. Por
lo que, tranquilamente, me fui al garaje, elegí el Audi R8 Race
Car ’01 con 1.084 CV y fue muy fácil ganar. En la siguiente carrera,
la cuarta empezando por el final (Tour de Tahití),
volví a elegir el Mitsubishi para continuar, pero ya no fue lo mismo,
me era imposible. Así que miré lo que tenía y lo que
había conseguido recientemente. Entre estos últimos estaba
el Suzuki ESCUDO Dirt Trial Car ’98 y participé con él con
1.070 CV. Al principio me costó adaptarme, demasiada diferencia
de potencia con respecto al Mitsubishi, pero si quería ganar a los
rivales, no vi otra manera. Tras unas prácticas, descubrí
que si hacía derrapar el coche, justo antes de las entradas en curva
con un ligero balanceo, al pegar la trasera del coche y no el morro, no
sufría una penalización, por lo que sólo tuve que
tener cuidado de no chocar contra el rival, e incluso de dejarle paso ya
que, aunque él choque contigo la penalización la sufres tú
(muchos jugadores sabrán a lo que me refiero por haberlo experimentado
ellos mismos). Y así fue todo en mis participaciones en “condiciones
especiales” en el modo difícil.
Tras terminar
el modo difícil, en el modo normal volví al Mitsubishi, ya
que me agradaba más su comportamiento. Con la práctica adquirida
al principio con este coche, más la experiencia y el “truco” obtenido
con el Suzuki ESCUDO conseguí ganar todos los rallies del modo normal.
La carrera en mojado volví a hacerla con el Audi R8, ya que no quería
volver a hacer el primo. En el modo fácil volví a correr
con el Mitsubishi, y así conseguí todos los coches extra
de “condiciones especiales”.